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Desde Málaga a Honduras: Premio Princesa de Asturias

Una botella de agua, dos manzanas, una barra de pan y como mucho, 50 gramos de un embutido. Acabo de estirar al máximo dos dólares, que al cambio vienen a ser casi dos euros. ¿Imagináis pasar el día con esta cantidad? Familia Love Málaga, para nosotros no nos llega ni al desayuno. Pero si nos marchamos a unos de los países más pobres del mundo, Honduras, es con lo que juega una persona para sobrevivir en su día. Dos dólares para echar las 24 horas de un completo y duro día. Es allí donde recaló en 1992 Patricio Larrosa, sacerdote de un pequeño pueblo de Granada que plantó la primera semilla de lo que hoy en día es ACOES: Asociación, Colaboración y Esfuerzo. Una ONG aconfesional que trabaja por una vida digna para los hondureños tomando como base la educación integral de las personas. Esta entidad está formada por distintas delegaciones, 19 en toda España. En Málaga contamos con Cooperación Honduras. Y están de enhorabuena porque se han sumergido en la difícil, pero no imposible batalla de ser Premio Princesa de Asturias en la categoría de Cooperación Internacional, Concordia.

“Fue el Embajador de España en Honduras quien decidió presentar para la convocatoria del Premio Princesa de Asturias 2017. Es una de las facultades de los Embajadores que nos da la oportunidad de contar al mundo entero como se construye un mundo mejor compartiendo. Ahora tenemos que presentar una gran candidatura con cartas de apoyo de instituciones, recogida de firmas y vídeos de nuestras actividades”, explica Javier García, presidente de Cooperación Honduras. “Pienso que es un reconocimiento muy bonito, no a nuestra labor o ayuda sino más bien a una filosofía de vida que ha desarrollado el Padre Patricio, quien no ha intentado cambiar un país. Más bien, cambiar la triste realidad de las personas que viven dentro de un país. Además, a base de concienciarlas desde bien pequeñas, con 6 o 7 años para que sepan que, por muy pobres que sean, tiene derecho a un futuro digno. Y con valores de honestidad, generosidad y veracidad se ha volcado en la educación para ofrecerles la posibilidad de ese futuro que merecen, como cualquier ser humano. Y ha logrado  cambiar una realidad. Hoy por hoy, después de 25 años esas personas que empezaron siendo niños, ya tienen más de 30 años y están ocupando puestos de responsabilidad en la sociedad hondureña, la mayoría han acabado carreras universitarias”, narra con emoción Javier García.

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Y es que la envergadura de este proyecto que comenzó de manera humilde con el Padre Patricio ha cogido dimensiones muy importantes a lo largo de más de dos décadas. Parece increíble como una única persona, movida por una inquietud es capaz de lograr involucrar a tantas otras por un bien común: compartir para ayudar al que más lo necesita. “Allí hay una gran organización dirigida por una Junta directiva de 13 personas. Todos los lunes se reúnen para fiscalizar los detalles. Porque el 100 por 100 de la ayuda llega y se invierte hasta el último céntimo en niños, jóvenes y ancianos;  los mayores también necesitan toda la ayuda posible, el proyecto atiende a 400 ancianos. Tenemos 16 kinders o guarderías. 200 jóvenes llevan 42 proyectos sólidos, continuados en el tiempo. Por ejemplo, se ofrecen becas rurales a 4000 niños. Ofrecemos educación gratuita desde pre-infantil hasta la Universidad dentro de su sistema. Además, nosotros procuramos que los voluntarios que viajan a Honduras den refuerzos a los profesores. Allí no existen las asignaturas de gimnasia, música o inglés. Así que en los últimos meses han viajado estudiantes y licenciados en Ciencias de la Educación para enseñar a los profesores hondureños; para que estén más capacitados y puedan transmitirlo a los alumnos de ACOEE.  Más datos que te puedo dar, en la actualidad tenemos 140 universitarios estudiando. Honduras es un país donde un 1% de la población joven llega a la Universidad”, detalla el presidente de Cooperación Honduras.

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Y es que en este nación, una de las más pobladas del mundo con 8 millones de habitantes, sólo 400.000, la élite o los fresitas como se les denominan localmente, tienen acceso a la sociedad del bienestar. “El resto, es que no tiene medios. No hay control. Y  los niños tienden a trabajar para encontrar sustento para la familia”, añade Javier.

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La entrevista la realizo en su sede. Como cada martes, un grupo de voluntarios se encuentran en un almacén en calle Córdoba en Fuengirola donde clasifican todo tipo de artículos y productos que saldrán en breve para este país centroamericano, en un nuevo contenedor, el número 44.  Una ardua tarea silenciosa, minuciosa que pocos saben pero que roba tiempo a sus vidas, aunque como dicen “sarna con gusto no pica”.

Francisco Ruiz es uno de los socios fundadores de Cooperación Honduras. Después de 25 años está siendo testigo de este reconocimiento público que significa aspirar a un premio de tanta trascendencia.  “Todo surgió en 1994 cuando cinco matrimonios amigos que nos reuníamos cada semana conocimos la labor del Padre Patricio. Félix Ruiz antiguo presidente de Cooperación Honduras habló con el padre Ramón colaborador en Honduras y nos narró cómo se vivía allí. De esta manera, charlamos con Patricio y una cosa llevó a la otra. Nos conmovió y empezamos a hacer rifas, recaudar dinero, artículos y productos, sobre todo medicinas, para enviar. Todo desde la parroquia del Carmen del Parque de España en Fuengirola. Ese fue el inicio de lo que conocemos hoy como Cooperación Honduras. El punto de inflexión fue en 1998 la devastación del Huracán Mitch. Fue cuando enviamos el primer contenedor desde el polígono de La Vega. Y ya poco a poco se extendió por toda la provincia y el proyecto se instauró de manera oficial con apoyo de distintas entidades”, relata Francisco con mucho detalle.

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Y no es para menos. Se palpa su cariño por este proyecto en el que tanto creen. Son más de 1100 apadrinamientos que tienen desde Cooperación Honduras, sólo desde Málaga. También existen ACOES Valencia, Cataluña, Canarias, Badajoz, Almería… todos forman la federación ACOES con Honduras. Todos con el objetivo principal de ayudar a una persona, y que ella por sí misma sea capaz de ayudar a los demás. “Nuestro lema es aprender a compartir. Allí no se cobra nada, sólo se les pide colaborar con los demás”, cuentan.

“Sabemos que es un proceso lento. Estamos muy ilusionados, es difícil. Pero si nos sirve para tener más confianza en nosotros, en tener mayor notoriedad para que conozcan la situación de Honduras y luchen contra su pobreza, será genial. Porque toda pobreza proviene normalmente de una injusticia y qué bonito es formar parte de un proceso de desarrollo de una sociedad. Con poco dinero se puede ayudar con un apadrinamiento y que se sientan queridos por alguien. Cuando enviamos un paquete a un niño, no nos damos cuenta que posiblemente sea el único regalo que ha recibido en su vida. Es duro, pero es así. El que recibe algo además lo comparte con su compañero porque el concepto de generosidad es brutal allí. Por eso ahora, necesitamos todo el apoyo de firmas e instituciones y del sector privado. El Rector de la Universidad de Málaga, Diputación de Málaga, el Ayuntamiento de Fuengirola ya han apostado por nosotros”, concluye García.

Este es otro ejemplo de esfuerzo y solidaridad que surge desde Málaga. Tierra creativa y de esfuerzo no sólo para proyectos individuales y locales. También para el resto del mundo. Han demostrado que no hay imposibles y ojalá cumplan este sueño de ser Premio Princesa de Asturias. Si queréis colaborar, firmar o conocerles más en su web http://cooperacionhonduras.org/ encontraréis toda la información. Mucha suerte desde Love Málaga.

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