Sevilla. Hace años que no iba para disfrutar de esta ciudad más allá de llegar, asistir a un evento y marcharme. Un fin de semana tampoco da para mucho pero se puede aprovechar. Pero la lluvia hizo acto de presencia y el sábado nos cortó las alas para disfrutar de la capital hispalense.

La verdad es que tenía ganas de poder cantar la canción Sevilla de Arturo Pareja Obregón: “Me da igual cantar en Sierpes que en la plaza nueva. Pasear por esas callecitas tan estrechas. Quiero ser un vagabundo más, tapado por estrellas que alumbran mi ciudad”. Una canción que es preciosa, tiene alma. Pero el chaparrón no nos dio mucha tregua. Tanto que una de mis ilusiones era ir a ver la Expo de Van Gogh que hay en el Pabellón de la Navegación y llegó el huracán Hugo y tuvimos que dar la vuelta. Literalmente porque nos llevaba el viento. Fue toda una aventura, ¡0s lo aseguro!

No os voy a hablar de los típicos lugares turísticos (Alcázar, Catedral, Torre del Oro, Barrio Santa Cruz…) que seguro os los conocéis. Os voy a hablar de tres sitios en concreto, dos para comer y una exposición muy interesante que estará abierta al público hasta el 22 de abril.

La muestra se llama Murillo Fotógrafo ¿Qué hubiera retratado en el siglo XXI. Se trata de una fidedigna adaptación fotográfica en términos de composición, atmósfera y color de los cuadros de Esteban Murillo que los autores han seleccionado. A cada obra además se ha incorporado una temática social. Por ejemplo, el papel de los abuelos, la violencia machista, el consumismo, la imagen estereotipada de la mujer, o la depresión. De hecho ese cuadro me impactó muchísimo. Se trata de  “La vieja con la gallina” de Murillo. La mirada de la mujer con el pastillero dividido en los días de la semana. Y su rostro diciendo “me siento vacía, sin ilusiones y no sé  qué hacer”. Es una pasada. Los autores son Laura León y José Antonio dela Madrid, reporteros con muchos años de experiencia y que se preguntaron qué retrataría de la sociedad actual Murillo. Así surgió todo.

Las personas que aparecen en los 12 cuadros de gran formato han sido seleccionadas porque han vivido una experiencia similar a la que se expone en la obra. Son impactantes. Merece la pena verlo. La entrada es gratuita y en 30 minutos la habéis visitado. Pertenece a Fundación Caja Sol en la Sala Murillo, calle Francisco Bruna, 1 y existe la posibilidad de hacer visitas guiadas.

Vamos con la ronda de lugares para comer y no muy caros. Cuando llegamos el sábado y dejamos las maletas, dimos mini vuelta porque empezó a llover y nos fuimos a un sitio recomendado por la oficina de Turismo. Justo a la entrada del puente de Triana se encuentra Mercado Lonja del Barranco.  Un luminoso edificio, donde al estilo de gastromercado, puedes encontrar comida para todos los gustos a través de veinte puestos: arroces, carnes, pescado, ensaladas, platos veganos… de todo un poco.

Y el domingo almorzamos en un sitio que encontramos callejeando porque ya sí que nos hizo mejor día. Además, sitio castizo sevillano, con olor a incienso y una cocina tradicional deliciosa. En calle Adriano, 8, se encuentra Buentrago. Es un establecimiento pequeño, estrecho dedicado a la Semana Santa de Sevilla. Muy bien de precio, calidad y cantidad. Pedimos una ensaladilla rusa con gambas, un solomillo al whisky y unas pulguitas de pringá y estaba buenísimo.

No pudimos como dice la canción “recorrer senderos del parque de María Luisa” porque estaba cerrado por las rachas de viento. Al igual que la plaza de España. Así que nos tocó caminar mucho. Pero ese paseo en el domingo, nos llevó a encontrarnos a los pies de la Catedral a una pintora super especial a pie de calle. Estaba dibujando en el suelo, sentada tras el chaparrón del día anterior. Con mucho mimo pintaba el lateral del inmenso edificio. Se llama Olga Ivanova. Es de Rusia y lleva meses haciendo un viaje por las principales capitales del mundo.

Tiene Instagram para seguir su historia @adventures_ illustrates y un blog (aquí lo tienes) con el mismo nombre. Y son dibujos hechos con acuarela sobre seres imaginarios, animales o folklore y monumentos de donde se encuentre. Y se gana la vida vendiéndolos. Tienen una dulzura y un color muy especiales. Así que me regalaron uno que yo escogí yo misma. Se trata de una mujer de cabello largo que está rodeada de hojas y flores, es decir, vida y sostiene entre sus manos una pelota que yo creo que simboliza su propia vida que brota. Es como una maga. ¡Me encanta! Visitad su perfil y blog porque es una valiente de los miedos esta mujer.

Estos fueron los momentos especiales durante mi mini escapada a Sevilla. La verdad es que me quedé con ganas de más.  No sé cómo ni cuándo volveré, pero sé que lo haré. Y creo que será en época de azahar para enamorarme aún más.

¿Quiéres ver otra de mis escapadas? Pincha aquí y verás un día en la nieve.