Visitando Bioparc Fuengirola

¡Hola a todos! ¿Qué tal la semana? Si ha sido estresante y queréis perderos un día en un lugar diferente, la entrada de hoy es la vuestra. Nos marchamos a la Costa del Sol.

Quiero hablaros sobre un sitio único para perderse durante varias horas y que aparentemente por su ubicación en pleno centro de la ciudad, no llegarías a pensar lo que alberga en el interior.

Se trata de Bioparc Fuengirola, un parque zoológico basado en el concepto de zoo-inmersión o naturaleza abierta, como lo denominan sus creadores. Significa que las instalaciones están diseñadas para que podamos ver a los animales en su hábitat, sin jaulas ni estructuras extrañas que nos entorpezcan la visión. Eso sí hay cristales que nos protegen.

Reservaos dos o tres horas para horas para visitarlo tranquilamente. Si lleváis cámara de fotos encontraréis imágenes preciosas.

Al comenzar el recorrido, os encontraréis con el gran “árbol Baobab”, un gigantesco símbolo de más de 25 metros de altura. No es natural, está fabricado a imagen y semejanza de los reales y  a través de él, se accede a la isla de lémures, especie en peligro de extinción.  Aquí realizan una visita de unos 30 minutos para explicar cómo viven estos pequeños mamíferos. Podréis ver 4 especies diferentes. Y ojo, no los toquéis, está prohibido, porque según explican los guías les impregnarías tu olor y producirías un rechazo del individuo en el grupo y no podría sobrevivir.

Bioparc presenta una ruta por cuatro espacios diferentes o ecosistemas naturales: Madagascar con los lémures; el Sudeste Ssiático con los binturong, tapires malayos o el Templo de Angkor y los majestuosos tigres de Sumatra…; África Ecuatorial con hipopótamos pigmeos, gorilas, chimpancés  y los humedales con los impresionantes cocodrilos del Nilo, y muchos más; y el Indo Pacífico con tortugas gigantes de las Galápagos, pitón reticulada y el gran dragón de Komodo en las ruinas del templo Khosmal Watt, entre otros.

Este último hábitat, el Indo Pacífico es la novedad. El año pasado abrían esta ampliación del centro que ha aportado un nuevo escenario más para la historia particular de Bioparc.

También tienen una exhibición en el Claro de Selva, un escenario, de algunas aves y otros animales de los bosques tropicales. Se  puede conocer el estilo de vida de algunos mamíferos como armadillos, mapaches o nutrias y aves como el Calao o las Kookaburras de Australia.

 

En las fotografías, podréis ver el cuidado de los escenarios. Como os apuntaba, la recreación fiel de los lugares de origen es uno de los alicientes de este parque. Tan sólo, en algunos momentos, cuando alzáis la mirada y veis algún edificio colindante (es que estáis en mitad de la ciudad de Fuengirola), os deshacéis de vuestro viaje imaginario.

El centro tiene una Fundación con la que participan en la conservación de especies en peligro de extinción (trabaja en más de 40 programas de reproducción)  y en proyectos de preservación en los puntos calientes  de la biodiversidad. Realizan muchas campañas con escolares para que conozcan la importancia de proteger el medio ambiente y de respetar al planeta y todos sus seres.

De hecho, hace menos de un mes la zona de Indo-Pacífico, daba la bienvenida a tiene tres nuevos habitantes tras el nacimiento de las primeras crías de Varano Esmeralda, los lagartos más pequeños del mundo, con un peso de sólo 200 gramos, que contrastan con los 80 kilos que puede alcanzar un dragón de Komodo. En Europa sólo se han criado este año en el Zoo de Londres y ahora en Bioparc Fuengirola.

Ahí os dejo esta escapada. Si queréis vivirla, viajad a la Costa del Sol: Avda. Camilo José Cela, 6-8, Fuengirola.
¡Buena Semana!
                                                                                                                                                                                                   Love Málaga

 

Carmen Moreno: